jueves, 4 de abril de 2013

Crear las condiciones para el crecimiento


"Es posible describir breve y claramente la naturaleza del clima que produce crecimiento. Rogers creía que se caracterizaba por tres condiciones claves. El primer elemento se enfoca en la autenticidad o congruencia del counselor, en cuán real sea. Cuanto más pueda el counselor ser él mismo en la relación sin usar una fachada profesional o personal, más probable será que el cliente cambie y se desarrolle de una manera positiva y constructiva. El counselor que es congruente transmite el mensaje de que no sólo está permitido sino que es deseable ser uno mismo. También se presenta como transparente al consultante y se rehúsa a alentar una imagen de sí como superior, experto, omnisciente. En una relación con éstas características es más probable que el cliente encuentre recursos dentro de sí y no se aferre a ninguna expectativa de que el counselor le dé las respuestas. El segundo requisito para crear un clima para el cambio y el crecimiento es la capacidad del counselor de ofrecer al consultante una aceptación total, una apreciación, una consideración positiva incondicional. Cuando el couselor puede adoptar esta actitud de aceptación y de no juicio, el movimiento terapeútico es mucho más probable. El consultante puede sentir una mayor seguridad para explorar sentimientos negativos y llegar al centro (...). También es probable que se enfrente a sí mismo con honestidad sin el miedo omnipresente al rechazo o la condena. Más aún, la experiencia intensa de la aceptación del counselor es el contexto en el cual aumentan las probabilidades de que perciba los primeros sentimientos momentáneos de aceptación de sí mismo. El tercer elemento necesario en la relación terapeútica es la comprensión empática. Cuando está presente, el counselor demuestra una capacidad de seguir y de sentir con exactitud las sensaciones, sentimientos y significados personales del consultante; puede aprender cómo se siente estar en la piel del consultante y percibir el mundo como lo percibe el consultante. También desarrolla la capacidad de comunicar al consultante ésta comprensión sensible y aceptante. Ser entendido de ésta manera es una experiencia rara o única para muchos consultantes. Les muestra la disposición del counselor a prestar atención y un nivel de cuidado e interés que innegablemente los dota de valor.(...). La comprensión empática restaura en el individuo solo y enajenado un sentido de pertenencia a la raza humana.
En resumen:
La creación de un clima favorable al crecimiento en una relación terapeútica requiere que el counselor pueda:
  • Ser genuino o congruente
  • Ofrecer consideración positiva incondicional y aceptación total
  • Sentir y comunicar una comprensión empática profunda

 ("Counseling centrado en la persona en acción" - Mearns / Thorne )

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